Se puede padecer dolor sin tener daño corporal (hiperexcitación mantenida del sistema nervioso: inflamación de bajo grado).

Hay una respuesta amplificada a los estímulos: el dolor puede acontecer antes, con más intensidad, de localización más difusa y puede durar más.

El dolor lo experimenta el cerebro haya daño o no en el cuerpo (el dolor es cuestión de cerebro).

El dolor persistente/crónico se aprende por un mecanismo preferentemente no consciente (por sensibilización) y se puede memorizar (neuroplasticidad).

El motor de la sensibilización es la hipervigilancia de la amenaza de daño y acontece por un error evaluativo de dicha amenaza (opinión cerebral equivocada).

El sistema del dolor se debe reeducar. El dolor crónico se puede desaprender conociendo cómo se cronifica y reeducando el modo de afrontarlo activamente (educación en neurociencia del dolor junto a actividad física inteligente, alguna terapia psicológica, y algún fármaco si es necesario).