La patología mamaria benigna proliferativa conlleva un cierto aumento del riesgo de cáncer de mama, pero solo habrá que tomar medidas específicas si la proliferación se acompaña de atipia.

La mastopatía cíclica incluye el dolor mamario producido por los cambios hormonales del ciclo menstrual y solo se debe iniciar tratamiento farmacológico si las medidas higiénico-dietéticas no surten efecto.

La mastitis puerperal es la más frecuente y habitualmente producida por estafilococo, mientras que la mastitis no puerperal suele estar producida por anaerobios. Ante un tumor mamario siempre se debe llegar a un diagnóstico de certeza, solicitando nuevas pruebas de imagen, con o sin biopsia, si las que hemos solicitado no han sido capaces de identificarlo o caracterizarlo.

La secreción mamaria bilateral sugiere alteración endocrinológica, mientras que la unilateral, especialmente uniorificial, sugiere patología orgánica que debe identificarse y tratarse.

Las alteraciones de la forma y tamaño de la mama se ponen de manifiesto durante la pubertad y suelen afectar psicológicamente a la paciente hasta llegar a traducirse en conductas de evitación social y/o sexual.