El prurito es el síntoma más frecuente en dermatología y en las consultas de atención primaria lo es relativamente. Generalmente, el prurito es de tipo primario, es decir, no se asocia a lesiones dermatológicas.
Dentro de este prurito primario, las causas psicógenas representan el grueso de los motivos que originan el prurito; sin embargo, uno de los riesgos del abordaje de este problema es atribuirlo únicamente al origen psicosocial del mismo y no desarrollar el proceso de diagnóstico diferencial.
El caso que proponemos, aunque infrecuente en nuestra práctica del día a día, plantea un diagnóstico diferencial del que podemos aprender.
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