La evaluación debe permitir orientar al formador a crecer en su desarrollo, permitir su autorreflexión y ayudarle a reforzar su profesionalidad.

Analizando los diferentes modelos competenciales (Can MEDS, H.U. Cruces, IIEM New York), muchos de ellos están relacionados con habilidades para realizar una comunicación eficaz.

En el proceso formativo, además de la preparación en las habilidades metodológicas hay algo más intangible, el mundo interior de cada profesional que aporta dimensiones que lo complementan y enriquecen.

Los criterios de acreditación presentan una gran heterogeneidad según la institución, lo que eleva la complejidad si tenemos en cuenta la cantidad de médicos que participan de forma simultánea en más de una.

El propósito fundamental de la evaluación en la docencia es el de guiar en el proceso de aprendizaje.

Incluir en la evaluación del docente la calidez de sus pañuelos y la fortaleza de sus abrazos, su compromiso y el amor por la profesión, el empuje para crecer como persona y como profesional.