Las comorbilidades pueden ser causa de la IC, pueden empeorar su pronóstico y afectar a la calidad de vida.

Dificultan el diagnóstico y tratamiento.

Existen pocas evidencias en el tratamiento de la IC y enfermedad renal grave.

Los iSGLT-2 son los antidiabéticos que han mostrado disminuir la morbimortalidad en pacientes con IC.

En los pacientes en tratamiento con quimioterapia debe realizarse un control periódico (oncólogos y cardiólogos) de la posible afectación de la función sistólica.

La IC puede cuadruplicar el riesgo de FA y, por otro lado, los pacientes con FA tienen un riesgo incrementado hasta 5 veces de desarrollar IC.

Debemos valorar la posible ferropenia y tratarla (derivar para tratamiento intravenoso).

En ancianos debemos valorar la fragilidad y los objetivos terapéuticos en función de esta.

En el caso de la IC con fracción de eyección preservada, al haber escasas evidencias en cuanto al tratamiento, es fundamental el control de las comorbilidades.