La fiebre dengue es una de las principales enfermedades emergentes, sus mosquitos vectores se benefician extraordinariamente de los cambios sociales, ecológicos y climáticos.

Vacunas antidénguicas anteriores debieron retirarse porque, al decaer el nivel de anticuerpos, provocaban reacciones de amplificación infectiva (cursando como un dengue grave) ante un contagio natural.

El grado de protección que ofrecen las nuevas vacunas es superior entre personas con antecedentes (serología positiva) de dengue anterior.

La primera vacuna –atenuada– en la que a 5 años no sedescriben reacciones de amplificación infectiva (Qdenga©) fue aprobada por la Agencia Europea del Medicamento en 2023. Está a la espera de obtención de resultados de fase III otra similar (LATV/TV003).

La pauta primovacunal de Qdenga© consta de 2 dosis subcutáneas separadas 3 meses. Es de gran importancia completar la pauta porque una inmunización parcial con una sola dosis podría precipitar una reacción de amplificación infectiva.

El perfil de vacunación corresponde a una persona que se desplaza a una zona endémica por más de 30 días y con antecedentes de dengue anterior o factores de riesgo en caso de dengue grave (los principales: edad 4-10 años, riesgo cardiovascular, obesidad mórbida y riesgo de sangrado por medicación anticoagulante o antiagregante).

La vacunación contra el dengue es una excelente arma para controlar la enfermedad, pero las disposiciones preventivas ambientales y personales –así como la detección precoz de casos índice importados– son insustituibles.