Dar malas noticias es una situación frecuente que genera gran ansiedad en el profesional que debe afrontarla. Las consecuencias derivadas de una mala realización son muy evidentes tanto para el paciente o su entorno, como para el propio profesional o la relación entre ambos. Requiere numerosas habilidades comunicacionales tanto de manejo de la comunicación no verbal como habilidades de escucha, de información o incluso de negociación. Se plantean algunas estrategias generales que pueden ayudar en muy diferentes circunstancias. Todas ellas deben estar enmarcadas dentro de un abordaje centrado en el paciente.