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El melanoma cutáneo es el cáncer de piel derivado de células de estirpe melanocítica, especializadas en la síntesis de melanina.
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Su incidencia ha aumentado de forma importante en las últimas décadas.
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El principal factor ambiental inductor de melanoma es la radiación ultravioleta. En el desarrollo de melanoma tienen gran importancia los factores genéticos, tanto los responsables del melanoma familiar (10% de los melanomas) como los que determinan una constitución predisponente (numerosos nevus, pelo pelirrojo o claro, ojos y piel claros, susceptibilidad a las quemaduras solares).
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Se presenta (sobre piel sana o nevus melanocítico previo) como una mácula, maculopápula o nódulo pigmentado con tendencia a ser asimétrico, de varios colores o de tono negro intenso, bordes irregulares y cambios progresivos. En sus últimas etapas tiende a ulcerarse y sangrar.
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Los principales tipos de melanoma cutáneo incluyen el melanoma de extensión superficial, sobre lentigo maligno, lentiginoso acral y nodular.
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El diagnóstico diferencial debe realizarse con los nevus melanocíticos, el carcinoma basocelular pigmentado, las queratosis seborreicas, el dermatofibroma y los tumores de origen vascular.
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Los principales hallazgos dermatoscópicos sospechosos son la asimetría en colores y estructuras, el retículo pigmentado atípico y la presencia de áreas azul blanquecinas.
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El principal factor pronóstico del tumor primario en el momento del diagnóstico es la profundidad del mismo en milímetros (Breslow). Los melanomas ≤ 1mm suelen tener buen pronóstico. Los tumores>4mm tienen mal pronóstico y con frecuencia desarrollan metástasis a distancia en los primeros años de seguimiento, ocasionando la muerte del paciente.
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Dependiendo de la profundidad del melanoma, el estudio de extensión del mismo incluye la biopsia del ganglio centinela y diferentes pruebas de imagen.
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El tratamiento inicial del melanoma es la ampliación de márgenes de la cicatriz del tumor primario y la extirpación de las metástasis ganglionares macroscópicas, si se hallan presentes. Los pacientes libres de enfermedad, pero que han sufrido un melanoma con alto riesgo de desarrollo de metástasis pueden recibir tratamiento adyuvante mediante inmunoterapia. En caso de metástasis a distancia, se puede emplear inmunoterapia o terapias dirigidas (estas últimas solo para melanomas con mutación de BRAF).
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