Evaluar los sistemas de cribado de abuso de alcohol que se utilizan en la clínica y cuáles de ellos incrementan la posibilidad de que los médicos de atención primaria discutan con sus pacientes acerca de este problema y valorar su impacto en la reducción del consumo
DiseñoEnsayo clínico de conglomerados, aleatorio y controlado
EmplazamientoCentros de salud docentes de ámbito urbano pertenecientes al Boston Universitary Medical Center, Massachusets
Población de estudio41 médicos de familia y residentes que estudiaron un total de 312 bebedores de riesgo
IntervenciónLos profesionales fueron aleatorizados al grupo de intervención o de control. Los médicos del grupo de intervención eran instruidos sobre los instrumentos de evaluación, pero no recibían una formación específica en alcoholismo. La recogida de datos incluía el test de CAGE, un cuestionario de cantidad/frecuencia de consumo de alcohol y un cuestionario de 10 ítems sobre la disposición al cambio por parte del paciente. Los pacientes con consumo de riesgo recibían un folleto educativo. Los que presentaban un test de CAGE positivo, pero consumo por debajo del límite de riesgo, se consideraban posibles casos de dependencia y se recomendaba su derivación a un centro de adicciones. Los que presentaron un test de CAGE positivo y consumos de riesgo eran referidos directamente a una unidad de adicciones
Medición del resultadoEl investigador, previamente a la visita habitual, obtenía datos de consumo de alcohol, test de CAGE, disposición al cambio, consejos previos sobre el consumo de alcohol, uso de fármacos, antecedentes y consumo de tabaco y otras drogas. Esta información se transmitía al médico de familia. Inmediatamente después de la entrevista con el médico, el investigador preguntaba al paciente si había sido aconsejado sobre el consumo de alcohol, síntomas de dependencia de alcohol y problemas relacionados con el mismo. Seis meses después se averiguaba el consumo de alcohol durante los 30 días previos. Las entrevistas se hicieron de forma ciega desconociendo el grupo de intervención
Resultados principalesDe los 312 pacientes, 240 fueron visitados por médicos de familia. Un total de 301 (97%) completó el protocolo de investigación después de la visita a la consulta, y 236 (76%) completaron el seguimiento de 6 meses. Los médicos de familia del grupo de intervención tendían a aconsejar más acerca del consumo de alcohol que los médicos del grupo de control (el 64 frente al 42%; intervalo de confianza (IC) del 95%, 47-79% y 33-85%, respectivamente) y a discutir más acerca de los problemas asociados con el abuso de alcohol. Sin embargo, entre los médicos residentes no hubo diferencias entre el grupo de intervención y el grupo control. Después de 6 meses, los pacientes que fueron aconsejados por un médico residente del grupo de intervención referían menor consumo de alcohol (3,8 frente a 11,6 U; IC del 95%, 1,9-5,7 y 5,4-17,7, respectivamente)
ConclusiónAunque los resultados parecen diferir según el grado de entrenamiento y formación del médico de familia, la información del médico acerca de los resultados del cribado del abuso de alcohol y las recomendaciones de intervención incrementan modestamente las charlas con los paciente es sobre el uso de alcohol el consejo para reducir el consumo
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