Evaluar la efectividad de un programa educativo a la hora de reducir la sobrecarga en cuidadores de pacientes con un accidente cerebrovascular (ACV).
DiseñoEnsayo clínico aleatorio de 12 meses de duración.
EmplazamientoUnidad de rehabilitación post-ACV de un hospital general y centros de atención primaria en su zona de influencia en el Reino Unido.
Población de estudioTrescientos pacientes y sus cuidadores. Se define cuidador principal como la persona (no profesional sanitario, trabajador social ni voluntario) que ayuda al paciente en las actividades de la vida diaria y busca el beneficio del paciente. Para incluir al cuidador, éste no debía tener discapacidad en la escala de Rankin y debía ser capaz de proporcionar apoyo posteriormente al alta.
Se incluyó a los pacientes que eran independientes para las actividades de la vida diaria antes del ACV, estables médica y neurológicamente en el momento de la inclusión y que se esperaba que fueran dados de alta con discapacidad residual (definida como la necesidad de supervisión o ayuda física para las actividades de la vida diaria).
IntervenciónSe realizó el examen basal y se asignaron las parejas de cuidadores-pacientes aleatoriamente a uno de los 2 grupos: control (n = 149) e intervención (n = 151).
En el primer grupo se proporcionaba cuidado convencional: información del ACV y sus consecuencias; cómo prevenirlo y las opciones de abordaje; implicación en el plan de cuidados y la programación del alta; recomendación de apuntarse a programas de formación de cuidados; información sobre los recursos comunitarios; y beneficios e información de contacto de los servicios de apoyo a los cuidadores.
En el segundo grupo, además de los cuidados convencionales a los cuidadores, éstos recibieron instrucción de profesionales apropiados sobre los problemas habituales en los casos de ACV y cómo prevenirlos (prevención de úlceras por presión, incontinencia, nutrición) y sobre técnicas relacionadas con las movilizaciones, las transferencias, etc. Las respuestas se daban a medida de las necesidades de los pacientes.
Cuando se preveía el alta, los cuidadores recibieron de 3 a 5 sesiones, según necesidad. Cada sesión duraba de 30 a 45 min, y al final se comprobaba la adquisición de habilidades por parte del cuidador. Una última sesión se llevaba a cabo ya en el domicilio para adecuar lo aprendido a la realidad del hogar.
Medición del resultadoSe realizó un análisis por intención de tratar; las variables analizadas fueron el coste, la sobrecarga del cuidador, el estado funcional, el estado de ansiedad-depresión y la percepción de calidad de vida del paciente y de su cuidador, además de la institucionalización y/o defunción del paciente.
Resultados principalesLos costes del cuidado paciente/año fueron significativamente menores en el grupo intervención. Además, los cuidadores de este grupo presentaron una percepción de carga menor y una calidad de vida mayor. Los pacientes del grupo intervención también presentaron menor ansiedad, menor depresión y mayor calidad de vida (p < 0,01).
ConclusiónUn programa educativo dirigido a cuidadores de pacientes con ACV reduce los costes económicos y la sobrecarga del cuidador, a la vez que mejora la percepción psicosocial de los cuidadores frente a los cuidados habituales.
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