Vol. 17. Núm. 9.
Páginas 627 (Noviembre 2010)

Terapéutica
Los testigos de una parada cardiorrespiratoria infantil deben iniciar reanimación cardiopulmonar hasta que lleguen los servicios de emergencia

Enrique Ramalle-GómaraaFrancisco Javier Ochoa-Gómezb
Doi : https://10.1016/S1134-2072(10)70246-2
Objetivo

Estudiar el efecto de la reanimación cardiopulmonar (RCP) realizada por testigos a menores de 18 años que habían tenido una parada cardíaca extrahospitalaria.

Diseño

Estudio observacional de datos de un registro poblacional.

Emplazamiento

Registro poblacional de parada cardíaca de Japón.

Población de estudio

Cinco mil setecientos cincuenta y ocho menores de 18 años que tuvieron una parada cardíaca extrahospitalaria y que fueron atendidos por personal de emergencias médicas y transportados a un hospital entre el 1 de enero de 2005 y el 31 de diciembre de 2007. Se excluyeron las paradas que ocurrieron después de llegar los servicios de emergencias o si no se pudo documentar el estatus del testigo. Finalmente se estudiaron 5.170 casos. La parada cardíaca se definió como el cese de la actividad mecánica cardíaca, determinada por la ausencia de signos de circulación. Se clasificó en dos grupos: de origen cardíaco o no.

Evaluación del factor pronóstico

Se comparó recibir RCP por testigos frente a no recibirla y esperar a que fueran los servicios de emergencia quienes la iniciaran. La reanimación podía ser solo cardíaca (masaje cardíaco) o convencional (cardíaca y respiración boca a boca).

Medición del resultado

El resultado principal fue un estado neurológico favorable un mes después del paro cardíaco. Se consideraron favorables las categorías Glasgow-Pittsburgh 1 o 2 y desfavorables el resto. Como medidas de resultado secundarias se analizaron el retorno a circulación espontánea antes de llegar al hospital y la supervivencia al mes.

Resultados principales

Se produjeron 3.675 paros de origen no cardíaco (5,7 casos por cien mil personas-año) y 1.495 de origen cardíaco (2,3 por cien mil personas-año). Un análisis multivariante mostró que la mejora del estado neurológico se asoció con la realización de RCP por testigos frente a no RCP (odds ratio 2,59, intervalo de confianza 95%: 1,81 a 3,71), una vez ajustado por otras covariables: edad, sexo, origen cardíaco o no del paro, fibrilación ventricular, tiempo de llegada de los servicios de emergencia y tiempo de llegada al hospital. La RCP convencional fue mejor que solo la cardíaca únicamente en los paros de origen no cardíaco. Los menores de un año tuvieron malos resultados neurológicos, independientemente del tipo de RCP.

Conclusión

La RCP hecha por testigos mejora las tasas de supervivencia y disminuye el daño neurológico en las víctimas de 1 a 17 años. En este grupo de edad, es preferible realizar RCP que incluya también la insuflación pulmonar, aunque la RCP con masaje cardíaco exclusivamente resulta igual de efectiva que la convencional en las víctimas de paro cardiorrespiratorio de origen cardíaco.

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